RAIGAMBRE

Revista Cultural Hispánica

viernes, 26 de febrero de 2016

28 DE FEBRERO: NADA QUE CELEBRAR (2016)

Pendón de San Fernando III de la Reconquista de Sevilla, expuesto en la catedral.



Por Antonio Moreno Ruiz
Historiador y escritor



Ante la llegada de un nuevo 28 de febrero, desde esta revista cultural hispánica manifestamos que no celebramos a Blas Infante Pérez de Vargas, individuo al que el pueblo andaluz jamás le dio ni su adhesión ni su voto; individuo que renegó de su apellido compuesto de nobleza castellana reconquistadora. No celebramos su camaradería con los separatistas antiespañoles que odiaban a Andalucía. No celebramos su islamismo, ni su odio a la tauromaquia, ni su odio a la Corona de Castilla y a los visigodos. No toleramos que un señorito que hacía las veces de ensayista pedante quisiera arrebatarnos nuestros valores espirituales y culturales más preciados en nombre de un exotismo que no existe. Y por supuesto, tampoco celebramos a este régimen corrupto y ladrón que, desde el PSOE y el PP a Podemos nos ha llevado a la miseria más absoluta, en nombre de banderas musulmanas y odios irracionales que sólo disfrazan un choriceo señoritingo-progre que nunca cesa.

Exigimos memoria histórica: En el año 711, jinetes moros atravesaron el Estrecho de Gibraltar e impusieron por la fuerza su cultura y su religión, oprimiendo a los indígenas hispanos y destrozando la Spania visigótica. Esta terrible invasión duró casi ocho siglos; ocho siglos en los que toda España peleó para liberarse del yugo extranjero.

Vinieron a llevarse nuestras riquezas.

Vinieron a llevarse a las mujeres para sus harenes, forzándolas, violándolas.

Vinieron a explotarnos, humillarnos y someternos.

Ningún pueblo celebra a sus genocidas.

No hay nada que celebrar en este vergonzoso día, y mucho menos, con forasteros o extranjeros como el holandés Kichi, ocupante del ayuntamiento de Cádiz, que en vez de reprochar a sus paisanos sus años de esclavismo y piratería, viene a insultar el día de la Hispanidad. No es de recibo que vengan extranjeros desagradecidos a escupir sobre nuestra memoria; como no es de recibo que el imperio británico siga invadiéndonos en Gibraltar.

Basta ya.

Derecho a decidir:

Derecho a celebrar a Ben Hafsún como el precursor de nuestra independencia y a Fernando III el Santo como nuestro patrón y libertador.

Derecho a que se hable claro sobre el fraude que supuso la votación del estatuto de autonomía, votación a la que se negó a acudir más del 60% del pueblo andaluz, y muy especialmente Jaén y Almería.

Derecho a que los pueblos de las Españas no vivamos enfrentados, sino hermanados.

Derecho a que se reconozca a Andalucía como encuentro del Atlántico y el Mediterráneo, como artífice de la hispanidad de Canarias y América y de la consiguiente expansión de la lengua de Cervantes, la misma que tuvo a Elio Antonio de Lebrija como gran gramático.

Derecho a que no se olvide nuestra herencia céltica, ibera, romana y visigoda.

Derecho a que se reconozcan nuestros lazos de hermandad con Portugal (especialmente con el Algarve) y con los pueblos del sur de Italia, y a dejarnos de zarandajas de imperialismo marroquí.

Derecho a que la Unión Europea deje de perjudicarnos para beneficio de Marruecos y Turquía.

Derecho a que se restablezcan los blasones tradicionales de nuestros cuatro reinos.

Derecho, sí, derecho a decir no a una pantomima neomorisca más.

NO AL 28 DE FEBRERO DE BLAS INFANTE, SÍ AL 28 DE FEBRERO CON "F" DE FERNANDO III EL SANTO.





 Cuadro de San Fernando III en la catedral de Jaén.
Imagen de www.rafaes.com




sábado, 6 de febrero de 2016

JUDAÍSMO A LA CARTA

Imagen de www.tu-pc.com

Por Antonio Moreno Ruiz
Historiador y escritor

Leyendo la novela Cienfuegos del escritor canario Alberto Vázquez-Figueroa, me encuentro una vez más en mi pajolera vida con una visión totalmente deformada y maniquea de nuestra historia, en directa relación con una judeofilia empalagosa a fuer de excesiva y embustera. Vázquez-Figueroa dice que los judíos son un pueblo tradicionalmente amistoso… Claro, Josué es una de las figuras que nos demuestra este aserto. Y el estado de Israel nos lo acaba de certificar.
Con todo, esto no es culpa de Vázquez-Figueroa. O al menos, no es su exclusiva culpa. El judaísmo a la carta es algo que en España afecta tanto a liberales como a marxistas. Es más: No se entiende la versión marxista de España sin su clarísimo antecesor liberal-negrolegendario. Sea como fuere, centrándonos en la obsesión judaica, podemos hallar varios apartados:
- España fue racista.
- España perdió a los intelectuales y a los que hacían trabajos manuales.
- España entró en decadencia por culpa del edicto de expulsión de los judíos emitido en 1492.
- Como los judíos generaban riqueza, por eso somos pobres.
- Los judíos son un pueblo amistoso, perseguido por todo el mundo cuando no se han metido nunca con nadie.
Analicemos las partes para llegar al todo. Hagamos pensar poco a poco a los repetidores y propagadores de tópicos/embustes:

ESPAÑA FUE RACISTA
-Si España fue racista, ¿por qué permitió quedarse a los judíos que abrazaron el cristianismo? (medida por cierto más que ingenua que nos costaría muchísimos quebraderos de cabeza, tema admitido por los escasos conversos sinceros...)¿Por qué desde primera hora hubo negros libres que embarcaron para América, desde los negros curros de Sevilla y Cádiz a La Habana, hasta Juan Valiente, conquistador de Chile?¿Cómo es que el negro Juan Latino fue profesor en Granada y pudo contraer matrimonio con una muchacha blanca y de familia ilustre encima? ¿Cómo es que la misma Corona fomentó en el Nuevo Mundo los matrimonios entre españoles e indias y viceversa desde los tiempos de Isabel la Católica? ¿Por qué el primer poblado de negros libres en el continente americano fue en la Florida española? ¿Por qué el mestizo Inca Garcilaso fue soldado de Juan Austria y enterrado con todos los honores en la catedral de Córdoba? ¿Por qué la Corona de Castilla reconoció los títulos de nobleza desde los descendientes de Moctezuma a la nobleza inca? ¿Por qué, de hecho, los indios fueron los mayores enemigos de los independentistas a principios del siglo XIX? ¿Acaso no dijo Joaquín Posada Gutiérrez, general bolivariano, que “he dicho poblaciones hostiles, porque es preciso que se sepa que la Independencia fue impopular en la generalidad de los habitantes; que las clases elevadas fueron las que hicieron la revolución; que los ejércitos españoles se componían de cuatro quintas partes de hijos del país; que los indios en general fueron tenaces defensores del gobierno del Reino, como que pretendían que como tributarios eran más felices que lo que serían como ciudadanos de la República”. Según el criterio de los negrolegendarios, ¿es que los muchísimos indios realistas eran tontos?
No sé, para tener una “mente/política racista”, los hechos no parecen cuadrar.
Sea como fuere, bueno sería saber desde cuándo los judíos son una raza; porque a decir verdad, en la religión judaica se dan todas las razas, y en buena medida, la procedencia de conversos europeos/caucásicos. También hay judíos de raza negra: Los falashas etíopes. También están los sefardíes, ya mezclados con árabes, bereberes, turcos, etc. O los judíos kurdos. Sin embargo, hay quien considera que los judíos son una “raza pura semita”, cuando en verdad es que son los menos semitas de entre los pueblos semíticos, válganos la redundancia. Los árabes son más semitas que los judíos. Pero esto del “semitismo judío” no es más que un racismo/nacionalismo inventado por la ideología sionista. En cambio, bien que lo acogen los negrolegendarios. Y al final, por la boca muere el pez.

ESPAÑA PERDIÓ A LOS INTELECTUALES Y A LOS QUE HACÍAN TRABAJOS MANUALES
-Si España perdió a los únicos intelectuales que hacían trabajos manuales y tal, ¿también eso pasó en Inglaterra, Francia, Alemania, Bohemia, Rusia, Lituania, Polonia...? Digo, porque todos estos países también expulsaron a los judíos. Y muchas veces, con métodos más pacíficos que los empleados por los sionistas con los palestinos... Pero eso, ¿sólo los judíos leían y trabajaban? ¿Europa entera era analfabeta y necesitaba de la intelectualidad y el trabajo de los judíos? ¿Eran, por tanto, los judíos, la raza superior?
¿De verdad no había ni en España ni en el resto de Europa nadie que supiera de artesanía, de trabajar en el campo…? ¿No había profesores de latín? ¿No había poetas? ¿No había músicos? ¿Todo eso dependía de los judíos? ¿Tan torpes y analfabetos éramos?
Desde luego, el mensaje de odio y racismo parece que no va en “dirección antisemita”… Lo dicho: Por la boca muere el pez. El odiarse a sí mismo al final es lo que tiene.


ESPAÑA ENTRÓ EN DECADENCIA POR CULPA DEL EDICTO DE EXPULSIÓN DE LOS JUDÍOS EMITIDO EN 1492
-Si España entró en decadencia... ¿cómo se explica que en ese año de 1492 se reconquistara Granada, se llegara a América, se forjara la mejor infantería del mundo con el Gran Capitán, auténtico innovador de guerra y acaso creador de la figura del hospital militar; y que pocos años después España se confirmara como potencia marítima, militar y cultural, llegando desde las Antillas a los Andes y haciendo temblar los pantanos de Flandes; así como humillando a los muy poderosos ejércitos franceses? ¿Cómo se explica el desarrollo de la mística en el siglo XVI, con figuras tan señeras como San Juan de la Cruz o Santa Teresa de Jesús? ¿Cómo es que el idioma español era estudiado en toda Europa, así como eran imitadas hasta nuestras vestimentas? ¿Cómo es que la pomposa Casa de Austria, acostumbrada al ornato europeo, adquirió nuestra sobriedad y austeridad? ¿Cómo es que el siglo XVII se confirme como el siglo de oro de la literatura española, con un bagaje como el de Miguel de Cervantes, Francisco de Quevedo, Baltasar Gracián, Lope de Vega, Calderón de la Barca, Tirso de Molina...? ¿Cómo es que en la América Española muy pronto se den escuelas iconográficas propias como la Escuela Cuzqueña o la Quiteña; o el arte indio-cristiano de México; así como el desarrollo de una espectacular música barroca acriollada, descendiente de fandangos, zarabandas, folías, canarios, etc.?

COMO LOS JUDÍOS GENERABAN RIQUEZA, POR ESO SOMOS POBRES
Curioso es que los que se tiran de los pelos por cualquier crítica al sionismo como "antisemitismo" caigan en el prototipo del judío como máquina de hacer dinero. Por supuesto, aparte de intelectuales y trabajadores manuales frente a una población belicosa, sucia y analfabeta. Que es lo que se nos dice, tal cual.
De todas formas, ¿me pueden decir cuál es la riqueza generada por los judíos en Marruecos? ¿En Curazao? ¿En Turquía? ¿En los Balcanes? ¿Y en Argentina, uno de los países con más judíos del mundo?
Otrosí, no deja de ser curioso que este argumento de la “riqueza judía” sea esgrimido por “gente de bien de derecha”. Digo, porque el judaísmo se basa en la negación de Cristo como Mesías. Y el judaísmo considera a Cristo como blasfemo. Y eso por no hablar de las barbaridades racistas y genocidas que fueron escritas contra los cristianos en el Talmud, condensado por rabinos en el Medioevo. Y eso por no hablar de lo que dice San Pablo acerca de Dios y del dinero. Que digo yo que no es un argumento muy cristiano eso del “determinismo económico”. Pero bueno, ya sabemos cuál es el “cristianismo” de estos elementos; los cuales están siempre prestos a acogerse a argumentos fabricados por anticristianos.
Así las cosas, damas y caballeros, el problema está en que esto no es cosa de una novela, o de alguna opinión suelta: Esta es la "historia" que nos meten en los colegios (sí, también en los colegios ¿religiosos?), en la literatura, en la televisión, en la radio... Y hasta en la sopa. Y así nos va, sin que nadie ose hacer preguntas críticas ante tantas indigestas gilipolleces; y sin que nadie ose cuestionar cómo el estado “español”, con el Letizio a la cabeza, le da la nacionalidad a los sefardíes, ajenos a nuestro acervo espiritual y cultural, y se la sigue negando a muchos descendientes directos de españoles en Hispanoamérica.(1)

Y todavía queda pendiente la nacionalización de los moriscos… Que Dios nos coja confesados.



NOTAS:

(1) Recuérdese:

jueves, 4 de febrero de 2016

ESPAÑA COLONIZADA EN EL SIGLO XIX



Un inglés de la colonia británica en India, servido por indígenas



UNA LECTURA DE LOS LIBROS DE VIAJE DEL XIX

Manuel Fernández Espinosa

Cuanto más lee uno a los viajeros extranjeros que recorrieron España en el siglo XIX más se percata de que, desde esa nefasta centuria, en España comienza un proceso de colonización -y no de progreso, como quieren y dicen los desinformados que hablan sin ton ni son. Si uno se cree cuanto puede leerse en los libros de historia (esos que se pergeñan para uso de bachilleres) terminará por desconocer el siglo XIX que, ya de suyo, es un siglo no por próximo a nosotros mejor conocido.


 
La bibliografía oficial quiere que este siglo XIX sea entendido, en lo que concierne a España, como una época de progreso, de apertura al exterior, de avances, presentándolo como algo positivo en su conjunto. Y todo ello a pesar de las fuerzas reaccionarias que, como todo el mundo sabe (y quien diga lo contrario, sea anatematizado), frenaron en su cerrazón oscurantista el progreso maravilloso, la europeización plena de España que, por torpes políticas de aislamiento católico, se había estancado. Abolida la Inquisición, las ideas de allende Pirineos atravesaron la frontera y vinieron a sacarnos de las tinieblas seculares en que la Iglesia Católica -en alianza con un Trono chapado a la antigua usanza- nos había mantenido, privándonos de la felicidad de la herejía, de la orgía de la revolución, de la borrachera de sangre de la guillotina, del genocidio jacobino, etcétera. Es la versión de la historia liberal que, a pesar de lo embustera y tergiversada que resulta, no deja de gozar de buena salud, jaleada por sus terminales mediaticas.

 
Sin embargo, dejando ahora a un lado la labor de apología de la España tradicional, lo que nos cuentan los viajeros extranjeros da idea de lo que realmente pasó en España durante el siglo XIX. Amén de la atávica corrupción de nuestra casta política (podredumbre que, como sabemos, se ha perpetuado hasta nuestros días), lo que en España ocurrió fue un proceso de colonización. De haber sido siglos atrás Imperio, España pasó a ser una colonia (con presunta soberanía "nacional" aparente), una colonia de los intereses económicos de capitalistas ingleses y franceses.



Llegar a esta conclusión exige haber leído muchos libros de viajes donde los extraños, personajes particulares más o menos famosos en sus países de origen, nos retratan el retraso en que viven nuestros pueblos españoles, desde el norte hasta el sur. La visión romántica de los extranjeros que visitan España, románticos viajeros, deja paso así a una visión que dicta sus notas de viaje desde un sentimiento de superioridad que, no en pocos casos, desprecia con petulancia todo lo español. Todo ello quedó cristalizado en aquella frase de Alejandro Dumas: "África empieza en los Pirineos".

 
Pero esta impresión de Dumas no es un caso aislado. Otro francés, Eugène Poitou, en su "Viaje a Andalucía" nos ha dejado el paradigma de esa actitud desdeñosa por todo lo español que sustentaron no pocos visitantes extranjeros del XIX. Es Poitou el que nos revela cuanto estamos diciendo, cuando al visitar Sevilla, escribe:

 
"El barrio de Triana se extiende por la ribera derecha del Guadalquivir y hoy es el barrio industrial de Sevilla: desde lejos se ve el humo de algunas fábricas, entre las cuales, la más importante es una de lozas explotada por una compañía inglesa. Todas las grandes empresas industriales, agrícolas o comerciales que encontramos en este país, menos unas poquísimas excepciones están dirigidas por extranjeros, la mayoría ingleses o franceses" (lo subrayado es mío).


 
No se trata de un solo comentario. Más adelante afirma:

 
"Los grandes viñedos del país, su explotación y el comercio de los vinos cuya producción alcanza los ocho millones de litros por año, están en manos de extranjeros franceses e ingleses".



Aquí está hablando de Jerez, por supuesto.

 
Para el observador francés que seguimos (Poitou), cargado con sus prejuicios y reafirmado en las peripecias que vive en la península Ibérica, el estado de las cosas que exhibe España es deplorable y la causa de que España esté siendo colonizada por Inglaterra y Francia queda apuntada en este comentario:

 
"En todos los campos nos encontramos con un barniz de civilización en la superficie, mientras la ignorancia y la barbarie están en el fondo. Tienen ferrocarriles y telégrafos, pero cuando no son extranjeros los que los dirigen y explotan, todo anda sin orden, sin regularidad, sin seguridad. Tienen un Gobierno constitucional y Cámaras, pero el país desde hace cuarenta años está sometido a golpes de Estado; las insurrecciones militares se suceden periódicamente; las finanzas están arruinadas; el desorden reina. Hablan sin parar de nobleza, de patriotismo y de honor, aunque, según me contó la gente que vive aquí desde hace veinte años, la corrupción es general, la codicia se exhibe sin pudor y la venalidad no tiene límites".

 
Es la codicia de las clases dirigentes la que ha conducido, en su lucha por el poder, a esta situación. Mientras unos y otros partidos políticos y camarillas se ocupan en alcanzar el poder por los medios que sean, para gozar de las mieles del dinero y la posición social, el pueblo sufre y calla, sumido en la miseria y la incultura. Y es que, según Poitou, las convulsiones que se suceden en España no se deben a otra cosa que a una lucha sin cuartel por el poder, lucha de banderías que se mueven por los más ruines intereses:



"No se trata de partidos políticos que luchan por el triunfo de ciertos principios; son, desde siempre y en todas partes, las mismas ambiciones egoístas bajo distintas banderas, las mismas ardientes concupiscencias y la misma avidez insaciable. Los liberales derriban a los reaccionarios, los progresistas a los liberales, pero en el fondo nada cambia, sólo una revolución más y un dinero menos en las arcas del Estado".

 
Mientras tanto, aunque el pueblo español padece esa lacra de políticos inútiles y perniciosos, el pueblo, más sano que los políticos que contienden por el poder y muy a diferencia de esa casta, desprovista de todo noble ideal comunitario, el pueblo -lo veremos en las notas de Poitou- conserva un vestigio de honor, un resto de dignidad que no encuentra otra salida que la sorda hostilidad hacia el extranjero. Así dice el francés:

 
"Todo extranjero está aquí mal visto; lo paga todo más caro, haga lo que haga encuentra por todas partes dificultades y obstáculos. España le debe a los extranjeros todos los progresos que ha hecho, y en vez de buena voluntad y participación, sólo han encontrado desconfianza, celos y hostilidad. El orgullo nacional sufre con la superioridad de los extranjeros. Los españoles preferirían no ver ninguna mejoría a debérsela a los extranjeros y tener que reconocer que la noble España no está a la cabeza de Europa".

 
Poitou, desde sus prejuicios supremacistas, juzga que es orgullo español esa xenofobia que se trasluce en el trato que los españoles dispensan a los extraños. Orgullo e ingratitud, como si los españoles tuvieran que estar agradecidos a los extranjeros "civilizados" el que, aprovechándose del caos político de su aciaga clase dirigente, explotan sus recursos naturales y someten a los españoles a ser parias en su propio suelo.

 
Lo vemos cuando anota lo siguiente, noticiado por la colonia británica en Málaga:

 
"Antes, muchos ingleses vivían en Málaga. Atraídos por el agradable clima, intentaron hacer aquí una estación de invierno igual que han hecho en Niza y en otras ciudades del Mediterráneo. Trajeron mucho dinero al país, pero sólo encontraron a cambio malevolencia y solapada hostilidad. Terminaron por cansarse de esta mala acogida y dejaron Málaga".



Habría que revisar los libros de Historia de España de 2º de Bachillerato y el libro que no contuviera mención de esa vergonzosa colonización de España a manos del capitalismo europeo (gracias a los liberales), el libro que se empeñara en bastardear la historia desde la perspectiva estrecha de un sectarismo ideológico acrítico, presentando el siglo XIX como un siglo de apertura, europeización y progreso, ese libro, por embustero y, en el mejor de los casos, por desinformado, habría de ser secuestrado en toda su edición y mandar reciclar el papel.

 
Mientras nos dejemos falsear nuestra historia, ¿quién puede pretender poner solución al mal actual? ¿Y tendremos que tragarnos el cuento aquel de que la Iglesia católica y la monarquía tradicional (no la constitucional, por favor) son los culpables de todos los males de España?

 
La raíz de todos los males de la España del siglo XIX fue el liberalismo y sus derivados: el socialismo y otros engendros facturados en las metrópolis que nos estaban colonizando, sometiendo y explotando. Y mientras el liberalismo decimonónico goce de prestigio, como sus monstruosos hijos (tal el marxismo), seguiremos viviendo en la mentira y quien vive instalado en la mentira no será jamás libre.



Y ya tiene que ir acabando esa lectura superficial que se hace de los libros de viaje a España. Nos enseñan bastante, si sabemos leer.