RAIGAMBRE

Revista Cultural Hispánica

sábado, 25 de julio de 2015

LOS OTROS CELESTIALES DE LA RECONQUISTA


Pendón de San Sebastián de Alcalá la Real (Jaén)

SANTOS GLADÍFEROS EN BATALLA POR LA RECONQUISTA DE ESPAÑA


Manuel Fernández Espinosa


En tiempos en los que impera la tibieza, con ese vago irenismo burgués que desprecia las virtudes guerreras, mientras exalta la paz sin importarle la calidad de ésta, ver a santos que blanden espada, montados a caballo y en actitudes guerreadoras se considera poco menos que escándalo. Sin embargo, el hecho es que la tradición iconográfica cristiana (tanto católica como ortodoxa) registra desde muy antiguo un santoral gladífero y militar. Podríamos exponer todo un álbum de santos y santas con espada, tanto venerados en la iglesia católica, apostólica y romana, como en las iglesias ortodoxas orientales. Una de las razones de la temprana irrupción de los militares en la iconografía cristiana es de carácter histórico: muchos legionarios romanos se bautizaron y no pocos murieron mártires por la fe. Sin embargo el objeto de nuestro presente aproche es revisar algunos casos de milagrosas intervenciones de santos de la Iglesia Triunfante que, por ese hermoso dogma de la Comunión de los Santos, vienen a la tierra a ayudar a la Iglesia Militante: son los santos que las tradiciones más venerables de nuestra Reconquista recuerdan como prodigiosamente aparecidos en batallas más o menos conocidas. Vamos a centrarnos en estos santos cuya devoción se encuentra arraigada en la Península Ibérica, cuya iconografía es tal vez menos conocida que la de Santiago Matamoros. Ofreceremos así una exposición sucinta, pero no por ello menos conveniente, pues el tema podría dar mucho de sí.






Sabido es que la espada es un símbolo iconográfico que la porta San Pablo, San Elías, Santa Catalina de Alejandría, San Miguel Arcángel, San Marcelo, San Martín de Tours, San Rosendo, Santa Engracia, Santa Juana de Arco, Santa Judit, Santa Juliana, Santa Teodora o San Bonoso y San Maximiano. Diremos que algunos de estos santos armados y batalladores, como San Miguel Arcángel o San Jorge, pueden verse representados bien con espada o con lanza. La espada es símbolo de exterminación física y de decisión psíquica, también de Justicia; pero es importante advertir que la espada no sólo es un arma de defensa y ataque, sino que contiene un valor simbólico que marca una diferencia de estatuto de la persona que la porta, en cuanto que en algunas culturas estuvo reservada desde antiguo al caballero, defensor de las fuerzas de la luz contra las de las tinieblas. "La espada es el arma propia y casi exclusiva de las altas dignidades" -afirman autoridades en materia simbólica. En cuanto a las espadas que vamos a ver en el curso de esta aproximación, encontraremos algunas que no son espadas metálicas, sino espadas de fuego (las imágenes de San Elías y San Millán las llevan de esta guisa), estas espadas se distinguen de las metálicas en que en su representación la cuchilla no es recta, sino que aparece con hoja ondulada y serpentina. La espada de fuego es "el arma de escisión entre el paraíso como reino del fuego del amor, y la tierra, como mundo del castigo" -nos dice Juan-Eduardo Cirlot.
Santiago Apóstol, Patrón de España, es el santo caballero por antonomasia en su iconografía bastante extendida bajo la advocación de "Matamoros". Hemos tratado este asunto en un artículo hace años, al que remitimos: Mi espada por Santiago. Pero en España, el espíritu de cruzada fue tal que no es Santiago el único santo que, según las piadosas crónicas, interviene en las batallas, sino que a Santiago se le sumarán otros santos que vienen a combatir con las huestes cristianas.
Tenemos a San Millán cuya intervención se precisa en tres ocasiones (dos en el siglo X y una en el XI). En la batalla de Hacinas y en la de Simancas (siglo X), al frente de los ejércitos castellanos del conde Fernán González y, en el siglo XI, en la batalla de Calahorra.
San Millán, por Juan de Ricci.
Alfonso VII de León, Emperador de España, en el año 1147, pasa a reconquistar los reinos del Andalucía, Granada y Murcia. Nos cuenta Gonzalo Argote de Molina, en su armorial "Nobleza de Andalucía" que Alfonso VII: "...el Emperador llegó á Baeza, lugar en aquel tiempo fortísimo, y en quien los moros como á puerta y amparo de toda Andalucía tenian toda su esperanza; y poniendo cerco sobre ella acudieron los moros de toda la comarca en su defensa en tanto número, que pusieron al Emperador en gran estrecho y cuidado. El cual, pareciéndole cosa imposible conquistar á Baeza, y estando determinado otro dia alzar el cerco, aparecióle aquella noche el glorioso san Isidoro arzobispo de Sevilla, y prometióle no solo la victoria, mas su ayuda en la batalla [...] Y así, animoso [Alfonso VII] con esta merced del cielo, no fué perezoso el Emperador en recibir la gloria que le estaba prometida. Y otro día en amaneciendo dió combate á la ciudad, y peleando valentísimamente con los moros, alcanzó de ellos una ilustre y esclarecida victoria, forzándolos á rendirle la ciudad, y honor y gloria de san Isidoro bienaventurado, y de este insigne milagro edificó allí un convento de Regulares á nombre de este santo, el cual adornó con mucha riqueza. Y dejando presidio en el alcázar de esta ciudad, quedaron los moros por sus vasallos con tributo y párias. Hallóse en esta conquista D. Garcia Ramirez, rey de Navarra, consuegro del rey D. Alonso, y prosiguiendo sus victorias conquistaron este año la ciudad de Almería con ayuda del conde D. Ramon Berenguel, príncipe de Aragon...".
Como reliquia de aquella hazaña queda el llamado Pendón de Baeza, cuyo paño es de tela de damasco rojo. En dicho pendón batallero las damas leonesas bordaron la efigie de San Isidoro de Sevilla. San Isidoro galopa sobre corcel aparejado para el combate, empuñando una espada en una mano y en la otra porta la Santa Cruz. Le cubre a San Isidoro su santa cabeza la Mitra de su dignidad eclesiástica. En la enseña podemos ver también una mano, una espada, unas nubes y una estrella - haríamos bien en interpretar estos elementos como símbolos de Santiago Apóstol. Tampoco falta el escudo real de leones y castillos bordado delante del caballero celestial.
Pendón de Baeza, con San Isidoro: fotografía de Diario de León
Por último, también encontramos que, según tradición local, San Sebastián concurrió en la Batalla de Charilla (Alcalá la Real), que tuvo lugar el día 20 de enero de 1468, fiesta de San Sebastián. Así nos lo refiere este sustancioso pasaje del Acta del Cabildo del 14 de junio de 1531: 
“Después de lo qual vino una señalada victoria contra los moros en la Boca Charilla, que es a un quarto de lengua de esta ciudad, que el rey Muley Hacén (Abu l,-Hasaqn Ali b Said) de Granada enbió a correr la tierra de Martos y Santiago y la Higuera y la Campiña a tres capitanes principales que se llamaban Aben Deça, Caudón y Alifayan (sic) de tres mil lanças según se tiene noticia, los quales entraron y hicieron una gran de presa de mugeres hombres y niños ganados y bienes, y vinieron para la Boca Charilla, donde entendieron estar muy seguros , porque en Alcalá no había más de 300 peones y cien lanças; y esta gente salió de noche y dieron en los moros, y los desbarataron, y huyendo mataron y cautivaron gran cantidad, mataron a Caudón y cautivaron Alifayan de heridas que luego murió , Aben Deça huyó y, como llegó, supo la poca gente que los abía desbaratado y quitado toda la presa , el rey le mandó cortar la cabeça. Sucedió esta victoriosa batalla el día del glorioso san Sebastián beinte de enero del año 1468 y en memoria de este hecho se edificó la hermita del glorioso santo teniéndolo por patrón”. Cuenta la leyenda que se apareció el santo montado en un caballo blanco, vestido de verde, blandiendo un manojo de flechas en la mano y un manto azul, animando a los cristianos."
No sabemos si el Pendón de San Sebastián desapareció en la Guerra Civil, pero sí que contamos con una fotografía del año 1913, publicada en el libro "Notas para la Historia de Alcalá la Real" de D. Antonio Guardia Castellano y que reproducimos a la cabecera de este artículo.
FUENTES:
LEYENDA DE SAN SEBASTIÁN, en CASAS DEL CABILDO.
"Nobleza de Andalucía", Gonzalo Argote de Molina.
"Notas para la Historia de Alcalá la Real", Antonio Guardia Castellano.

"Diccionario de Símbolos", Juan Eduardo Cirlot.

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