RAIGAMBRE

Revista Cultural Hispánica

domingo, 18 de mayo de 2014

DE CUERNOS Y LUZ DE GLORIA A FOTOGRAFÍAS TRUCADAS

MANIPULANDO FOTOGRAFÍAS DE JOSEPH RATZINGER

Por Manuel Fernández Espinosa


Tengo un amigo que suele decir que en el mundo no cabe un tonto más. No estoy de acuerdo: lo que hay es mucha incultura, de la que se aprovechan algunos malintencionados. La última que he podido ver y que no puedo dejar de contestar es esta nueva insidia contra Benedicto XVI. Son muchas las manipulaciones que de las fotografías del Papa Emérito se han realizado: desde presentárnoslo como un nazi con el brazo en alto hasta groseros trucajes en los que aparece con rostros grotescos y siniestros. La nueva manipulación parece un poco más retorcida, pero no es menos torpe. Según muestra un rastreo la nueva insidia parece partir del escritor británico David Icke, aunque no sabemos si es el artífice original de esta manipulación. David Icke se ha labrado su fama como escritor conspiracionista (de esos que creen en reptilianos). El 27 de diciembre de 2012 este autor publicaba en su página de seguidores de facebook esta fotografía:
 
 
En efecto, puede apreciarse en el bordado una figura con cuernos que, para el público iletrado, fácilmente se asimila al demonio (tradicionalmente representado así). Sin embargo, serán pocas las personas que no hayan visto el "Moisés" que esculpiera el gran Miguel Ángel. No fue Miguel Ángel el único que representó a Moisés bicorne.
 
 
¿Por qué se representaba a Moisés con cuernos? El responsable de que se filtrara este error iconográfico fue San Jerónimo que, al traducir el Antiguo Testamento (Éxodo 34, 29-35), tradujo mal un término hebreo. En este pasaje dice el Espíritu Santo: 
 
"Cuando bajó Moisés de la montaña del Sinaí, traía en sus manos las dos tablas del testimonio, y no sabía que su faz se había hecho radiante desde que había estado hablando con Yavé" ("Sagrada Biblia", Nácar-Colunga).
 
El bueno de San Jerónimo, al traductir la Biblia, tradujo "karan ohr panav" como "cornuta esset facies sua" ("su faz era cornuda"), en vez de traducirlo como es más conveniente: "su faz se había hecho radiante". Y es que el término hebreo era "krn" que podía leerse como "karan" (cuerno) o como "keren" (luz). En el caso concreto, el lugar veterotestamentario se refiere a la "luz de gloria". Esta "luz de gloria" es el fundamento del halo de los santos.

En la Historia de la Iglesia han sido muchos los santos que han irradiado externamente esa luz de gracia o gloria que la da el Espíritu Santo. El teólogo ruso Pável Florenski recuerda que "Hubo un abba, de nombre Pambo, del que se cuenta que durante tres años estuvo rezando a Dios diciendo: "Dame la gloria sobre la tierra". Pero Dios lo glorificó de tal manera que nadie podía mirar su rostro, a causa del resplandor que despedía su faz [...] se decía que, así como Moisés recibió la imagen de la gloria de Adán cuando su rostro fue glorificado, así también la faz de abba Pambo resplandecía como el rayo" (puede leerse en el libro "La columna y el fundamento de la verdad" de Pável Florenski). Serafín de Sarov también se mostró radiante ante uno de sus visitantes, Nikolai Alexandrovich Motovilov, que más tarde escribiría esa experiencia compartida con el gran santo ruso. 
 
En las hagiografías de San Martín de Porres, de San Serafín de Sarov, de San Ildefonso María de Ligorio, de San Juan Bosco, de San Juan de la Cruz, de San Ignacio de Loyola (y de tantos otros grandes santos de la Iglesia) también podemos hallar testimonio de que esa luz pudo ser vista por personas que estaban en el entorno de estos santos, quedando maravilladas ante este fenómeno sobrenatural. En el caso de San Ignacio de Loyola, cuenta el P. Rivadeneira que: "A veces, sucedía que, mientras oraba o celebraba la misa, se inflamaba de tal ardor que todas las partes de su cuerpo se calentaban. El rostro se ponía rojo como de púrpura y resplandecía" ("Vida de San Ignacio de Loyola", P. Pedro de Rivadeneira).

Pero, sin embargo, ahí tenemos a los David Icke y a sus seguidores, creyendo ver cuernos del demonio en el bordado que llevaba en esa fotografía de arriba Su Santidad Benedicto XVI. Podría ser Moisés, si la imagen fuese ciertamente la de una figura con dos cuernos, pero es que es más probable que sea una imagen trucada, siendo la imagen auténtica ésta de abajo... donde, como podemos ver, en la figura no están los "cuernos" de la tradicional iconografía de Moisés, sino el halo, la luz de gloria.
 

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